El espacio, ese lugar donde han sucedido tantas aventuras en el manga y el anime, empieza a verse influenciado más y más por el influjo de estos. Resulta que un equipo de científicos de la Universidad de Tokio, liderados por el especialista Edmond Cheung, llevaba tiempo investigando por qué las galaxias que absorbían gases a un alto ritmo y producían una enorme cantidad de estrellas dejaban de hacerlo de repente. Puesto que han pasado mucho tiempo analizando los datos en el Maping Nearby Galaxies at Apache Point Observatory (MaNGA), han estado bautizando los fenómenos que observaban con nombres de la obra de Katsuhiro Otomo.
Así pues, una galaxia en particular, llamada Akira, les ha llevado a comprender el misterio que intentaban resolver. Por lo visto, la durmiente Akira estaba succionando el gas de otra galaxia cercana bautizada como Tetsuo: los científicos observaron que el gas de Tetsuo alimentaba las masivas corrientes de los agujeros negros de Akira, unas corrientes que alcanzan los 200 kilómetros por segundo y cuya fricción calentaba el espacio de Akira, impidiendo la formación de nuevas estrellas. Normalmente, el gas y la gravedad son suficiente para formar un astro, pero el calor impide que el gas se acumule para formar la masa.
Esta no es la primera vez que vemos nombres similares en el espacio, pues ya contamos asteroides de nombres Hideaki Anno, Moyoco Anno y Jiro Taniguchi.
La entrada Científicos de la Universidad de Tokio bautizan una galaxia como “Akira” se publicó en koi-nya.